domingo, 8 de febrero de 2009

¿Quién es un adventista?

¿Quién es un adventista? Alguien que exalta la creación – I
Marco Terreros. Ediciones Teologika, XVIII, Nº 1, 2003

Hace unos días atrás mi hermana me llamó y me hizo preguntas acerca de la creación y la evolución. ¿Cómo conciliar la Biblia y la ciencia? ¿Son distintas? ¿Se contradicen? O se apoyan entre sí.
En las siguientes líneas compartiré en primer lugar el artículo del Dr. Marco Terrero quien escribe la revista Teologika patrocinada por nuestra facultad. Espero que les sea de gran ayuda, que puedan entender que el aceptar cualquier tipo de evolución se traduce en el más burdo rechazo de la creación, el poder infinito de Dios, el sacrificio de Cristo en nuestro lugar y nuestra salvación. Anhelo que Dios los guíe a toda la verdad.

“El nombre de adventista del séptimo día señala no sólo hacia el pasado sino también hacia el futuro; implica la aceptación de una misión y de un destino escatológicos. Cada una de las doctrinas de nuestra iglesia están basadas en la protología (estudio de las primeras cosas) afectan en gran medida nuestra escatología (estudio de los eventos del fin).”

Un adventista del séptimo día es alguien que tiene creencias “no negociables” relacionadas con la creación y acepta una creación “EX NIHILO” (creación a partir de la nada), reciente y literal, que percibe las implicaciones teológicas de negar creación tal como se describe en la Biblia y que proclama al mundo un Dios que es creador, sustentador, redentor de todo el universo.

I. Alguien que tiene creencias “no negociables” relacionadas con la creación

Casi todas las doctrinas de la IASD (28 en total)están conectadas con la creación pero sólo se mencionaran lagunas de ellas y creo que se las puede catalogar como las más significativas.
a. El advenimiento: Los adventistas esperamos el advenimiento (Tito 2:13), el advenimiento del creador de universo, Jesucristo, en quién todas las cosas fueron hechas, las que están en los cielos, las que están en la tierra, visibles e invisibles (Col. 1:16).
La Biblia es clara en afirmar que él que viene no es otro que el creador del mundo. Cristo es el fin y el nuevo inicio de este mundo. Cuando él venga todas las cosas serán restauradas y sólo Dios se reserva el derecho de admisión (Sal. 102: 25 - 27) por que él es justo. El asegunda venida Cristo iniciará un nuevo orden y lo hará bueno en gran manera (Gen. 1: 31).

b. El sábado: La creación es la demostración visible y tangible de quién es Dios; es una evidencia de Su poder, Su grandeza, y aun Su naturaleza divina (Rom. 1: 19 -20) y, aparte de la redención, es la más grande demostración de Su amor. Aún más, la creación provee el fundamento para la obra salvadora divina en el sentido de que la segunda no hubiera sido una realidad sin la primera. Creación y redención van de la mano. Un adventista del séptimo día es un creyente que cada semana de su vida celebra esos dos eventos. Celebra, en primer lugar, la creación de sí mismo/a, de sus congéneres, de toda forma viviente y del planeta en el que habita. En segundo lugar, cada sábado un adventista celebra la redención del pecado y su liberación de todo yugo, lo cual incluye la liberación de otras personas. El sábado es un símbolo apropiado en ambos casos. El santificar el sábado es una exaltación tan poderosa de Dios como el Señor de la vida que “si el sábado se hubiera santificado por siempre, jamás habría podido haber ni ateos ni idólatras”. Santificando el sábado un adventista testifica del amor de Dios por la humanidad demostrado desde la creación al darle a sus criaturas cada semana un día para descanso y compañerismo especial (Mar. 2:27). Al adorar a Dios cada sábado, cada adventista del séptimo día evidencia su convencimiento de que Dios es el originador de toda la vida existente y no ningún proceso evolutivo.

c. Jesucristo: En nuestro nombre denominacional, el término “adventista”, lejos de exaltar una doctrina, exalta a una persona: Jesucristo. Esperamos Su regreso. Es la persona que le da relevancia tanto al evento como a la creencia, y no al revés. Un adventista cree que Jesucristo fue un Agente activo en la creación (Jn. 1:1 – 2; Col. 1:15 – 26; Heb. 1:1 – 2) y que es Cristo el sustentador de toda Su creación (Col. 1:17; Heb. 1:3). Cree además que Cristo es creador y redentor, lo cual es muy importante porque en la hechura de cada nueva criatura dentro del proceso de redención, Jesucristo ejerce el mismo poder creador evidenciado en la creación del mundo (EFE. 4:20 – 24; 2:15; Col. 3:9 – 10). Cada criatura nacida de nuevo en el reino de Dios es renovada a la imagen y poder de Su Creador.
con la observancia del Sábado ocurre algo similar a lo que ocurre con la creencia en el advenimiento: el día es importante debido a la Persona a quien se adora y con quien se tiene comunión. El domingo no encierra el mismo significado como el día de culto para los adventistas porque ha sido designado como tal por una criatura humana; el sábado, por contraste, ha sido apartado (santificado) por el Creador. Adicionalmente, la observancia fiel del sábado semana tras semana, da testimonio de la constancia y permanencia del poder sustentador del creador.

d. Sola Scriptura: los adventistas del séptimo día apoyan el principio de la sola Scriptura, la Biblia como su propio intérprete y la Biblia sola como la base de todas las doctrinas. La Biblia encarna la revelación de Dios a la humanidad en forma escrita, y tanto el estudio de los fue la creación original como de la naturaleza en su estado actual necesitan ser interpretadas a la luz de la revelación de las Escrituras.

e. Fe: Un adventista es un creyente que acepta por fe los hechos y la historia de la creación. Ejerce fe porque no hay evidencias con las cuales sustentar sus convicciones. De hecho , una de esas convicciones es que, “Dios nunca nos pide que creamos sin darnos suficiente evidencia sobre el cual basa nuestra fe”. Para un adventista, el testimonio de la naturaleza misma acerca de su origen sobrenatural es convincente (Rom. 1:19 – 20) y como tal apela a su razón. Al mismo tiempo, sin embargo, un adventista es alguien que acepta que no es posible para las mente finitas el comprender plenamente las obras del Infinito, mucho menos una obra tan única en carácter como la creación.
La revelación de Dios, que da razón del origen de todas las cosas, es comprendida y aceptada por fe. Es por la fe que “entendemos que los mucho mundos fueron formados por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía” (Heb. 11:3). Tal fe tiene un fundamento firme, la Palabra de Dios, la cual es confiable porque está basada en Su carácter, y Él es un Creador fiel (1 Ped. 4:19). Su fidelidad se hace evidente en la estabilidad de las leyes que rigen Su creación

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