sábado, 18 de julio de 2009

Decisión


Creo que la mejor definición para la vida se resume en una sola palabra: decisión. Pasamos la mayor parte de nuestras vidas tomando decisiones.
Cada día por la mañana, al levantarnos, decidimos qué pie tocará primero el suelo frío de nuestra habitación: ¿derecha o izquierda? Si eres supersticioso piensas 3 veces antes que el pie derecho toco el suelo. Cuando te vas a dar un duchazo eliges la toalla, el jabón, el shampoo, el acondicionador, etc. Y luego al agua. Todo lo que haces de manera conciente o inconciente se basa en este concepto.
Se decide por la ropa que usarás para ir a estudiar o trabajar. Eliges los zapatos, la corbata, la camisa o simplemente: ¡a la de Dios! Con lo primero que te topes en tu ropero.
Pero siempre estas decidiendo. Lo haces al ir al restaurante, al ir de compras, al enamorarte, cuando estas en el altar para unirte a la mujer que amas (esa es una de las decisiones más difíciles de hacer: una mujer para toda la vida); en fin hay un millón de cosas por las que haces una elección a diario.
Sin embargo lo que hacemos, es decir nuestras elecciones, tienen consecuencias. Toda causa tiene un efecto. A una acción hay una reacción. Todo lo que hacemos afecta nuestra vida tanto presente como futura y aunque no lo hayan pensado antes también afecta nuestro pasado. Alguien dijo: la reputación (todo lo que hiciste) se construye con toda una vida pero basta sólo unos segundos para destruirla. Así las decisiones que tomamos afectan nuestra vida en todos los aspectos. Se puede decir que hay buenas y malas decisiones. La pregunta es ¿Qué es bueno y qué es malo? Estoy seguro que todo ser que piensa se ha hecho esta pregunta y tengo la certeza que ha habido un millón de respuestas.
No pretendo responder a esta interrogante que lleva muchos siglos en las mentes de las personas sin tener una respuesta satisfactoria. Sólo deseo decir que las acciones y planes y que hayas formado para tu vida sólo serán buenas en la medida que respeten el derecho de otros y que cuando vuelvas a casa por la noche cansado de trabajar, estudiar, o lo que hayas hecho, puedas dirigirte a tu cama, acostarte y cerrar los ojos y dormir como un bebe sin tener que tratar de justificar lo que hiciste, sin tener remordimiento, sin tener que girar en todos los ángulos y probar todas las posiciones. Si al termino de un día vuelves a tu casa y puedes saludar a todos tus seres queridos sin una careta o si puedes abrazar a tu hijo o a tu esposa y decirle que todo está bien sin tener que mentir, entonces mi amigo haz tomado buenas decisiones.
Las elecciones que haces hoy moldean y le dan el rumbo a tu vida. Lo que tienes que hacer, hazlo. Sólo espero que lo que hagas te de tranquilidad y paz a tu ser.
Paz y tranquilidad son la senda segura que nos conducen a la felicidad. Ese concepto tan esquivo en nuestra sociedad actual.
¡Decídete por la felicidad!