viernes, 30 de abril de 2010

Son leyenda


Mis pies tremulamente van por un sendero sobre un planeta muy maltratado y aunque llevan un poco menos de un cuarto de siglo han visto suficiente dolor y miseria.

He tenido la oportunidad de pasar de un siglo a otro, y no es que esté muy viejo.

Yo Paulos ,que nací en un hogar de padres adventistas, he iniciado una búsqueda. Mi búsqueda no está relacionada con la felicidad sino con el conocimiento, conocimiento que no se encuentra en los libros. Busco una hermandad legendaria. He oído mucho acerca de ellos y es mi anhelo unirme a cu clan; esa hermandad se llama IASD. Pero no busca a la institución sino a sus miembros.

En mi busqueda de esa hermandad y al tratar de encontrar a esas personas maravillosas, misioneras y desprendidas, a quienes he conocido a través de la lectura, me he estrellado contra la pared en más de una ocasión.

Fue hace mucho que tomé mi mochila, puse unos cuantos libros y la eché sobre mis hombros e inicié mi travesía, que hasta hoy no tiene puerto seguro.

Aunque por las calles repletas de gente me encuentro frecuentemente con personas que dicen ser cristianas, ateos, budistas, induistas, metodistas, anabaptistas, anglicanos, luteranos, etc., pero no encuentros adventistas.

Luego comencé a analizar los posibles lugares donde podría hallarlos. Me dije: ellos se deben de reunir en algún lugar específico. Busqué rápidamente un lugar donde pudiera acceder al Internet y pronto hallé unas cabinas públicas. Al teclear la palabra "adventistas", el resultado fue abrumador. Saltaron en mi pantalla un sin fin de links en pro y en contra del adventismo. Cuidadosamente fui haciendo a un lado todas aquellas páginas de dudosa procedencia hasta que di con las paginas oficiales de la IASD. Para sorpresa mía la IASD tenía muchas instituciones como: iglesias, colegios, universidades, sanatorios, clínicas, institutos, etc.

Rápidamente copié las direcciones más cercanas a mí y empecé a visitarlas una a una.

Al llegar a una iglesia me emocioné mucha al ver ese LOGO distintivo y al entrar por sus puertas elegantísimas y limpidas casí no podía contener mi alegría, ¡era exitante!. Pero después de unos momentos mi alegría se fue convirtiendo en tristeza y decepción, ... ¡en ira!

Pensé: ¿es esta la iglesia adventista o es publicidad engañoza? vi que las personas que estaban sentadas en aquellas bancas se reunian en grupos y no saludaban; conversaban y reían mientras el predicador trataba de dar su mensaje mutilado. Aquellas personas no coincidían con las características que estaban en mis libros.

Al anochercer, muy cansado y chasqueado, volví a casa a descansar para recargar energía y continuar con mi búsqueda al amanecer.

Al día siguiente muy temprano, cosa que no hago siempre, proseguí con mi búsqueda y con mi lista de direcciones en mano fui a cada uno de las direcciones. Y una y otra vez mi decepción aumentaba, porque en vez de encontrar adventistas sólo encontraba un monton de personas que pretendía serlo.

Sin embargo en algunas iglesias encontraba a uno o dos adventistas netos y cuando lo hacía no me despegaba de ello, tratando de aprender todo lo que podía y pasaba algún tiempo con ellos.

Cuando terminaban de enseñarme todo, me despedía de ellos con mucha pena. Pero aquellos momentos únicos me daban fuerza para seguir adelante.

He pasado algunos años en esta búsqueda, que todavía no tiene fin, de adventistas. De los que hallé aprendí mucho, me dieron lecciones que hasta hoy perduran en mi mente.

No obtstante, últimamente me he percatado de algo terrible.

Hace mucho, cuando me embarqué en esta misión, encontraba en las iglesias hasta 3 adventistas verdaderos pero cada día son más escasos y más difíciles de encontrar.

Ellos se están convirtiendo en leyenda.

Y mi búsqueda continúa y necesito tu ayuda. Quiero hallar y encontrarme con más adventistas, Si crees conocer a uno, por favor, pasame la voz.

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