lunes, 10 de agosto de 2009

Factor Theos vs. Facto Fobos

Texto: Lucas 12:13-21
Introducción

Antes de iniciar con el tema de esta noche es preciso conocer el contexto del texto.
El capítulo 12 de Lucas encierra varios temas tales como la hipocresía en los versos 1-3. Los versículos 4-7 contienen la pregunta ¿a quién temeré? Y su respuesta: a Dios. La sección que sigue muestran que es necesario confesar el nombre de Dios para tener el respaldo de Espíritu Santo siempre, es decir su fidelidad (8-12). Luego está la parábola en sí, desde el verso 13-21. En el versículo 15 la idea o palabra clave es “avaricia”, el resto de los versículos relatan la parábola que se centra en el temor.

Pregunta de transición: ¿temer a qué? Temor a la no existencia por eso este hombre hizo grandes construcciones para guardar, de algún modo, sus tesoros. Este hombre estaba sin Dios y por eso tenía temor

I. Punto Uno: sin Dios.
Tengo la certeza de que en todas los idiomas existe una palabra o frase que define esta idea. En todas las culturas y religiones el concepto de separación de Dios está vigente. La mayoría de cristianos, en la que cada uno de nosotros está incluido, sabe quién es Dios pero no le conoce y si no le conoce no lo tiene y si no lo tiene no lo ama y si no lo ama no le teme y si no le teme no tiene ningún interés en conocerle y si no le conoce no tiene vida. Aunque es redundante la idea es mostrar que conocer, amar, tener y temer son conceptos diferentes pero que se relacionan entre sí para mostrar quienes realmente saben quién es Dios. Y ¿quién es Dios? Dios es vida.

II. Punto dos: la vida.
La vida tal y cómo la conocemos es frágil y efímera. Es como el día. El sol da inicio a un nuevo día, los primeros rayos van iluminando progresivamente la tierra. Sus rayos aunque trémulos, se van abriendo camino por las escarpadas colinas y por los amplios y verdes valles. El sol llega a su cenit al medio día y luego empieza su descenso. Así es la vida. Sin embargo no se necesita de cosas grandes, asombrosas o gigantescas para destruir la vida de un ser humano ya que sólo vasta sólo un grano de arroz, una gota de agua, una aguja, un pequeño trozo de vidrio para quitar la vida.

III. Punto tres: el intento de vivir.
A lo largo de la historia las personas han tratado de ser inmortales sin tomar en cuenta el FACTOR Theos. Sí el FACTOR Theos es la esencia de la vida, él es la vida; en otras palabras él es y contiene la VIDA, esta VIDA es diferente a la que nosotros poseemos. Es la vida pura y sin mácula. FACTOR Theos cambia nuestra existencia, le da sentido.
Los egipcios y la gran mayoría de culturas antiguas han tratado de inmortalizar sus cuerpos y sus riquezas haciendo gigantescas construcciones, es decir maravillas, y para lograr su objetivo vencieron todo tipo de obstáculos y en muchos casos lucharon contra la naturaleza y ,sorprendentemente, la vencieron. Hicieron todo ello con el único propósito de mostrar su grandeza, su poder e infundir temor. Pero ninguno de los personajes de la historia han logrado la inmortalidad porque les faltó el FACTOR Theos.
El temor era y es el todo del hombre. El temor a extinguirse es la fuerza que motiva al ser humano a hacer cosas extraordinarias con el propósito de que su nombre sea recordado por mil generaciones.

IV. Punto cuatro: los efectos del temor
El temor es un sentimiento que todos sentimos y que también podemos ver sus consecuencias: consecuencias funestas y muy desagradables. El temor paraliza, aterra, aturde, nos hace campeones olímpicos o seres insignificantes. El temor tiene un gran poder, sí, pero destructivo.
El temor incapacita a los seres humanos de comunicarse de manera efectiva. Sin comunicación el ser humano no existe. si una persona es aislada o desterrada por más que este viva para el resto de las personas el sujeto exiliado ha dejado de existir. Del mismo modo si no tenemos comunión con Dios no existimos.
El efecto más devastador del temor es quitar el don que Dios nos dio cuando nos creó: la comunicación

V. Punto cinco: el efecto del Factor Theos.
El factor Q es en realidad la letra griega con que inicia la palabra Theos que en español es Dios. Dios es el factor que le hace falta al ser humano para que ya no tenga temor. Para que pueda tener vida. Debemos dejar el temor a un lado para tener una buena comunión con Dios. El problema es que no queremos que Dios entre en nuestras vida porque tenemos miedo del cambio que él puede producir en nosotros. Si dejamos que Dios sea parte de nuestra vida tendremos que dejar ciertas cosas que realmente nos gustan: música, vestimenta, tecnología, estudios, etc.
Aceptar que Cristo murió en nuestro lugar nos atemoriza porque no sabemos cuales serán los cambios que él produzca en nuestro ser. Tenemos miedo y por eso no nos comunicamos en él.
El hombre de la parábola era avaro pero su mayor problema era que temía miedo. Tenía miedo de quedar en la pobreza, de trabajar, de empezar de nuevo. En el versículo 15 Jesús dice que la abundancia no se encuentra en los bienes que uno posee. La abundancia está en él.
No debemos temer a lo que Jesús haga en nosotros sino a lo que nosotros hacemos con nuestras vidas.


Hoy debemos tomar una desición, pero antes déjenme leer una poesía llamada Parousía:

Ya no quiero más vivir viendo sólo mis problemas,
Ya no quiero más vivir teniendo autocompasión,
Ya no quiero más vivir bajo la compasión de otros hacia mi,
Ya no quiero más vivir de momentos triste o felices,
Porque sólo son eso, momentos.
¡ya no!
Ya no quiero vivir más contando los minutos,
Ya no quiero vivir más en medio de lágrimas,
Ya no quiero vivir más bajo la presión del trabajo y cosas así.
Porque quiero vivir, ¡me gusta vivir! ¡vivir! ¡sí!
¡vivir con plenitud!
¡vivir en felicidad y no con felicidad!
¡vivir, sí!
¡vivir sabiendo que hay algo mejor en el futuro!
¡vivir, sí!
¡vivir sabiendo que hay solución a todos nuestros problemas!
¡vivir, sí!
¡vivir sabiendo que hay cosas trascendentes!
¡vivir, sí!
¡vivir con esperanza!
¡sí! ¡VIVIR CON ESPERANZA!

Cristo es el factor que nos hace falta. Cristo es el elemento que debe cambiar nuestras vidas. Hoy debemos tomar una desición: dejar el temor a un lado. Ese temor que no te permite cambiar. Este temor que no te permite brillar. Ese temor que te dice: tú puedes ser mejor, tú puedes hacer las cosas sin ayuda alguna, tú puedes hacerlo. Ese temor que te ha incomunicado con Dios. Decide.
Tú y yo debemos dejar de tener miedo al futuro y sólo lograremos este cometido si nos comunicamos con Dios, el factor que de seguro va a cambiar nuestras vidas.

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